El Esquí de velocidad es una disciplina de esquí que consiste en descender una ladera en línea recta y alcanzar la mayor velocidad posible. Es uno de los deportes no motorizados más veloces sólo superado por el paracaidismo. El actual record del mundo es de 251.4 km/h conseguido por Simone Origone. Habitualmente los esquiadores de velocidad suelen superar los 200 km/h, velocidad que incluso supera la velocidad terminal de los paracaidistas situada entorno a los 193 km/h. Para reducir la resistencia al aire los esquiadores de velocidad utilizan trajes de latex o poliuretano así como cascos aerodinámicos.
Se utilizan esquís especiales con una longitud máxima de 2,4 m, anchura máxima de 10 cm y peso máximo de 15 kg cada par. Los bastones están doblados para ajustarse al cuerpo y deben tener una longitud mínima de 1 m.
Se practica en pistas de 1 kilómetro especialmente diseñadas. Existen aproximadamente unas 30 pistas por todo el mundo, muchas de las cuales se encuentran a gran altura para reducir la resistencia del aire. Los primeros 300-400 metros son utilizados para ganar velocidad, la mayor velocidad se alcanza en los siguientes 100 metros y los últimos 500 metros son utilizados para frenar. La velocidad se mide entre los 400 y los 500 metros.
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