La frecuencia de respiración en competición
La frecuencia de la respiración en competición en el crol esta en relación al gasto energético a la duración de la prueba, a la técnica de respiración y la propia capacidad del nadador.
A una velocidad media con la técnica adecuada la respiración provoca un aumento mínimo de las fuerzas de resistencias. Pero aun con la mejor técnica, a altas velocidades, los movimientos necesarios para respirar provocan un aumento desproporcionado (aritméticamente) de las resistencias.
En pruebas muy cortas, por ejemplo un 25 o un 50, se tiene que tender a respirar lo mínimo posible. En pruebas medias y largas se tiene que buscar un equilibrio entre la necesidad de oxigeno y la frecuencia máxima posible. Lo normal en estar pruebas, para nadadores no profesionales, es llevar un frecuencia de entre 8 y 4 para las pruebas de 100 y 200. Y una frecuencia más baja entre 4 y 2 para las pruebas más largas como el 400 o el 800.
En pruebas medias de 200 ó 400 puedes ver perfectamente como los ocho nadadores finalistas del mundial tienen frecuencias de respiración diferentes. Algunos inician con cuatro/seis y terminan con dos/cuatro y otros al contrario.
Lo que no se tiene que hacer nunca es respirar en los últimos metros de la prueba, ya la deuda de oxigeno en ese momento no importa y se debe apurar la apnea al máximo de la capacidad del nadador. Tampoco nunca se tiene que respirar en los momentos de alta velocidad, como por ejemplo después de la salida o después de un viraje. Después de la salida en pruebas de media duración durante al menos seis u ocho brazadas. Después de los virajes en pruebas medias al menos una brazada sin respirar, aunque lo ideal serian dos.
A una velocidad media con la técnica adecuada la respiración provoca un aumento mínimo de las fuerzas de resistencias. Pero aun con la mejor técnica, a altas velocidades, los movimientos necesarios para respirar provocan un aumento desproporcionado (aritméticamente) de las resistencias.
En pruebas muy cortas, por ejemplo un 25 o un 50, se tiene que tender a respirar lo mínimo posible. En pruebas medias y largas se tiene que buscar un equilibrio entre la necesidad de oxigeno y la frecuencia máxima posible. Lo normal en estar pruebas, para nadadores no profesionales, es llevar un frecuencia de entre 8 y 4 para las pruebas de 100 y 200. Y una frecuencia más baja entre 4 y 2 para las pruebas más largas como el 400 o el 800.
En pruebas medias de 200 ó 400 puedes ver perfectamente como los ocho nadadores finalistas del mundial tienen frecuencias de respiración diferentes. Algunos inician con cuatro/seis y terminan con dos/cuatro y otros al contrario.
Lo que no se tiene que hacer nunca es respirar en los últimos metros de la prueba, ya la deuda de oxigeno en ese momento no importa y se debe apurar la apnea al máximo de la capacidad del nadador. Tampoco nunca se tiene que respirar en los momentos de alta velocidad, como por ejemplo después de la salida o después de un viraje. Después de la salida en pruebas de media duración durante al menos seis u ocho brazadas. Después de los virajes en pruebas medias al menos una brazada sin respirar, aunque lo ideal serian dos.
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